miércoles, 8 de diciembre de 2010

La otra opción de la que Rajoy no quiere oir hablar.

- Cuando uno se equivoca tanto como usted lo ha hecho, debe retirarse aunque la ley no le obligue.
Esto le decía Mariano Rajoy a Zapatero antes de reclamarle directamente que convocara elecciones anticipadas para salir de la crisis.

La moción de censura es el procedimiento por el que un parlamento puede exigir la responsabilidad política al poder ejecutivo. Es típico y de gran importancia en los sistemas parlamentarios, como el español, en los que es el parlamento quien elige al Presidente del Gobierno, pudiendo a través de la moción de censura forzar su sustitución.

Hemiciclo del Congreso de los Diputados
En España, la moción de censura es constructiva, es decir, el grupo que eleva la moción de censura propone a su vez un nuevo Presidente del Gobierno, con un programa político propio. De esta forma, la elección no es sólo si se mantiene la confianza en el Presidente, sino si se le daría esa confianza al que ha sido propuesto en la moción.

Está claro que hoy se pueden dar las circunstancias objetivas para presentar una moción de censura al presidente Zapatero, puesto que está incumpliendo de manera flagrante el programa electoral que le llevó a La Moncloa en el año 2008. Es cierto que en la actualidad, el gobierno tiene una mayoría suficiente en el Congreso, gracias al apoyo del PNV, y que una moción de censura que sólo podría presentar el PP estaría condenada al fracaso.

Sin embargo, en la historia de nuestra democracia se han dado dos casos en los que quienes presentaban la moción sabían de antemano que no podían ganarla. Pero tuvieron el coraje para hacerlo.
La primera fue en mayo de 1980 y la plantearon los socialistas contra Adolfo Suárez

Suárez con Felipe González
El candidato propuesto para la Presidencia del Gobierno fue Felipe González. Votaron a favor socialistas, comunistas, andalucistas y tres diputados del grupo mixto, y en contra los 166 del grupo parlamentario centrista. Se abstuvieron 21 diputados, entre ellos los 9 de Coalición Popular y los 7 de la Minoría Catalana.

A Felipe González le faltaron 24 votos para conseguir la mayoría. Lo sabía cuando presentó la moción. El PSOE ganaría las elecciones generales de 1982 y permanecería en el gobierno hasta 1996.

Hernández Mancha
La segunda fue presentada por el grupo popular contra el gobierno socialista de Felipe González el 23 de marzo de 1987. Los resultados fueron demoledores para el candidato Hernández Mancha: 67 votos a favor (AP y Unión Valenciana), 195 en contra (PSOE, Izquierda Unida, PNV, EE) y 70 abstenciones.

Sin embargo, se tuvo el valor de presentarla, de arriesgarse, de dar la cara... Nunca más se supo de Hernández Mancha.

Hoy, el evidente desgaste de Zapatero haría posible una moción de censura. También está muy claro que Rajoy no podría ganarla numéricamente, pero daría a la ciudadanía un mensaje opuesto al que está dando de holgazanería, desidia e indolencia. En lugar de esperar a ver el cadáver de su enemigo pasar, conoceríamos al fin sus propuestas concretas.
Zapatero con Rajoy

Sabemos cual sería el resultado de las votaciones en esa moción de censura, pero en la política de desgaste que está llevando a cabo el PP es inexplicable que no recurra a este mecanismo que podría ser fulminante para Zapatero, por la presión mediática y el hartazgo de sus votantes, y que podría forzarle a adelantar las elecciones.

Hernández Mancha desapareció del mapa. A Rajoy eso le da mucho miedo. O tal vez sólo sea pereza.

El PP -a diferencia del PSOE, donde todos están silbando mirando al cielo a ver si escampa- tiene varios recambios dispuestos a tomar el mando de inmediato en caso de fracaso. Y sabemos sus nombres.

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