Angela Merkel reconoce estar impresionada con las medidas de ahorro de España.
Cuando Zapatero ganó por primera vez las elecciones, un numeroso grupo de jóvenes le gritaron:
"¡Zapatero, no nos falles!".
Somos muchos -jóvenes y viejos- los que vivimos aquella victoria electoral de manera muy esperanzadora. Daba la sensación de que volvía a abrirse la ventana para que entrara aire fresco.
Tres años después, en el programa "Tengo una pregunta para usted", una joven, de nombre Rocío, le hace al presidente la siguiente pregunta:
- Hace tres años, miles de jóvenes le dimos nuestro apoyo con el voto y sólo le pedimos que no nos fallara. ¿Cree usted que nos has fallado?
Zapatero le responde:
-Deberíais decirlo vosotros.
Entonces interviene el moderador, Lorenzo Milá:
- ¿A ti, Rocío, te ha fallado?
- Para la juventud no creo que se haya hecho mucho -responde la joven.
- ¿No le duele que le digan que les ha fallado?
- No, es el ejercicio sano de la democracia. Seguramente, Rocío no ha tenido la oportunidad de explicar todo lo que podía representar ese 'no nos fallen'. Yo lo tengo interiorizado y grabado. Sé muy bien lo que pensaban los jóvenes. El 'no nos falle' siempre lo he interpretado como que hubiera un presidente que les dijera la verdad, que no les engañara y que, en la medida de lo posible, cumpliera su palabra. El 'no nos falles' para mí, en buena medida, era lo que había pasado con la guerra de Irak y cuál era el sentimiento mayoritario de los jóvenes y de la sociedad española. Por eso, mi primera decisión fue retirar las tropas de Irak.
Tal vez Rodríguez Zapatero llegara a pensar en algún momento que lo único que nos importaba a los ciudadanos era la guerra de Irak que de tan mala leche nos puso a la mayoría de los españoles, pero solventado -mejor o peor- ese tema, la ciudadanía empezaba a exigir algo más... De ahí ya ese descontento que pudo verse en el programa televisivo:
- Yo ganaba 200.000 pesetas y ahora gano 1.200 euros, pero me cunden como 100.000. Dirá que va bien, pero yo pienso que vamos bastante peor- le reprocha un participante que se hizo famoso cuando le preguntó por el precio de un café.
Ahora, otros tres años y medio después, cobran sentido aquellas palabras: "...un presidente que, en la medida de lo posible, cumpliera su palabra." Qué importante esa acotación "en la medida de lo posible". Y, si no es posible, señor presidente: ¿Dónde dejamos la dignidad?
Es comprensible que Merkel esté impresionada con las medidas de ahorro del gobierno español. Zapatero, que según reconocían las filtraciones de Wikileaks no es tonto, sabe que su carrera política está muerta... Necesita la palmadita de consuelo en la espalda que le da la Merkel, ya que no la va a tener de sus antiguos votantes.
Es verdad que los ciudadanos no solemos leernos los programas electorales, pero, a pesar de ello, están para cumplirse.
Y el giro de Zapatero debería incapacitarlo para continuar en la presidencia del gobierno.
Con las medidas que propone para, supuestamente, superar la crisis y con la reforma de las pensiones está atacando frontalmente a todos y cada uno de los trabajadores de este país, que están pagando una situación de la que son las víctimas mientras que quienes la provocaron siguen dirigiendo el cotarro, frotándose las manos y acojonando a Europa entera. La impresionada Merkel incluída.
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