"Zapatero dimisión, Rubalcaba a prisión", coreaban ayer muchas de las personas que se manifestaron otra vez más contra el gobierno con la excusa de las víctimas del terrorismo.
Manifestación contra el gobierno (9-4-11) |
Otra vez las víctimas, las verdaderas víctimas, utilizadas como pancarta política del PP.
Algunos políticos del PP, que desvergonzadamente utilizan a las víctimas de manera partidista, se preguntaban dónde están los socialistas.
González Pons, el verborreico vocero de los populares, lo hacía ante los micrófonos:
- "Echamos de menos aquí a Zapatero y Rubalcaba".
¿Para qué los echaba de menos? ¿Para ver cómo les insultaban, les escupían, les amenazaban? ¿Para contemplar embelesado con su sonrisa boba cómo eran linchados, ahorcados, crucificados?
Curiosamente, Pons no echó de menos al líder de su partido, que ni estaba ni se le esperaba... ¿Acaso Rajoy estaba, como Zapatero y Rubalcaba, con los terroristas y en contra de las víctimas? La demagogia de Pons y su insustancialidad es ya sonrojante.
Intento de agresión a Bono (22-1-05) |
Incluso la presidenta de la politizada AVT, Ángeles Pedraza, declaró que en la protesta "sólo falta el PSOE". ¿Qué pintaba ningún miembro del PSOE en una manifestación en la que se les ponía a la altura de los mismos terroristas? ¿O es que ya se nos ha olvidado aquella vez en la que Bono acudió a título personal a una de estas concentraciones y fue agredido por cierta gentuza de bien?
He escuchado a Arenas, ese señorito andaluz que en treinta años no ha ganado ni una sola vez unas elecciones, decir que las víctimas del terrorismo siempre tienen razón. Otra frase demagógica de un tipo que vive (y muy bien) de la demagogia.
No. Ser víctima no supone estar en posesión de la verdad absoluta. Pueden, como seres humanos que son -y más todavía como portadores de una desgracia personal irremediable- equivocarse. La falacia de Arenas la desmonta el trato vejatorio que sufren otras víctimas del terrorismo, como Pilar Manjón. No se pierdan, por favor, el artículo que se publica en el blog Kabila.
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