jueves, 13 de enero de 2011

Todo está bien... y apesta.

Expresidentes que, además de cobrar una pensión vitalicia de 80.000 € (más secretaria, despacho, coche y escolta) a cargo del erario público, pueden ser contratados como asesores de empresas de muy diversa índole: de comunicación, de energía, financieras... Dicen que son profesionales de primer nivel, con experiencia, prestigio y su consejo aporta valor al sector privado. Y su agenda de contactos probablemente tiene un valor incalculable.

Todo está de acuerdo con la ley, incluso si ahora asesoran a empresas que ellos mismos privatizaron durante su mandato. Tienen derecho a hacerlo, es legal, y lo hacen.

Entonces, ¿por qué apesta tanto?

José María Aznar, consejero de Endesa,
News Corporation (Grupo Murdoch), Doheny Global Group,
Global Adaptation Institute...
Felipe González, consejero de
Gas Natural-Fenosa


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