miércoles, 23 de febrero de 2011

La cobarde desvergüenza del subconsciente.

No creo que en Andalucía llamen tontitos a los discapacitados. Lo harán solo aquellos andaluces que tengan la misma sensibilidad que Celia Villalobos, diputada del PP. Son ese tipo de andaluces que se creen graciosos y espontáneos -naturales, dicen de sí mismos-, y cuyo gracejo sólo ellos son capaces de vislumbrar. Desde luego, al resto de españoles (seguramente la mayoría de los propios andaluces incluidos) no nos hacen ninguna gracia. A mí los que se creen graciosos sin serlo (de la nacionalidad que fueren) me cargan muchísimo, los encuentro insoportables.

Celia Villalobos
Se hablaba en la Junta de Portavoces de la Cámara Baja sobre las condiciones de contratación de personal discapacitado en el Congreso y la vocera popular en la materia, Celia Villalobos, se empeñó en referirse, en dos ocasiones, al asunto como "el tema de los tontitos" [NOTICIA]

A la segunda, el presidente del Congreso, José Bono, pidió a Villalobos que cambiara de término y dejara de referirse a los afectados de deficiencias físicas o psíquicas como tontitos.

Pero la diputada del PP ha respondido que hablaba "de forma coloquial, como se habla en mi tierra".

Después, con ese gracejo tan suyo, llamó fascista al presidente de la Cámara cuando éste dio por finalizada la sesión tras recriminar las palabras de la diputada.

Cuando el subconsciente, cargado de prejuicios discriminatorios, aflora en el fragor del debate, pone en evidencia a las personas. Y éstas, cobardes, en lugar de asumir su responsabilidad individual, le echan la culpa no a su subconsciente, sino a su tierra.

Yo a eso lo llamo tener poca vergüenza.

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