Las últimas encuestas (incluso las de los medios afines al gobierno) lo dicen: la ventaja del PP sobre el PSOE es ya de 16 puntos. La victoria de los populares es incuestionable, y no parece que los socialistas tengan ni ideas ni ánimos para remontar.
Se les ve aceptando no solo la derrota electoral sino la catástrofe. Y, lo que es peor, no se atisba la menor autocrítica, que es la mejor actitud para no salir del pozo y seguir hundiéndose. Les veo resignados al fracaso pero sacando pecho y poniendo cara de saber remontar. No se lo creen ya ni ellos.
Por eso, llegados a este punto, es nuestra obligación ciudadana mirar a la derecha, porque dada la dramática situación económica que estamos viviendo, los españoles tenemos derecho a conocer de qué manera piensa sacarnos de la crisis el principal partido de la oposición.
No vale decir que cualquier cosa es mejor que Zapatero, porque eso corroboraría la fama de indolente que se ha ganado Rajoy, el líder de un partido en la oposición que llegará al poder sin haber hecho esfuerzo alguno y sin generar las mínimas ilusiones ni siquiera entre los suyos.
Tampoco deberíamos conformarnos con esas gruesas pinceladas que cualquier españolito de a pie podría esbozar: bajar impuestos, reducir el gasto, generar empleo, aumentar la competitividad...
No queremos saber cuánto tiempo (meses, años) estarán lloriqueando por la desastrosa herencia recibida.
Queremos saber cuál es el modelo del PP. Si es que a estas alturas le queda alguno.
Antes de las elecciones de 2008, Irlanda, que crecía por encima del 4%, era el modelo a seguir. Cuando el milagro irlandés entró en recesión, lo olvidó. Después se fijó en Francia, pero con la profundidad de la crisis, Sarkozy empezó a defender un fuerte intervencionismo del Estado llegando a plantear un nuevo impuesto para las grandes fortunas.
Dejó de ineteresarle el modelo francés para abrazar el alemán. En la campaña electoral, Angela Merkel, había prometido la bajada de impuestos. Pero con la crisis griega, Merkel no solo no los bajó sino que se vio obligada a subir algunos.
Apareció entonces el modelo británico, pero las medidas de Cameron respecto al recorte de funcionarios o el incremento de las tasas universitarias provocaban serios disturbios en aquel país, Rajoy prefirió olvidarse del inglés.
Ya que por lo visto estamos abocados a mirar a la derecha, sería necesario saber qué nos vamos a encontrar. Mal si tienen un proyecto y lo quieren ocultar. Peor si no tienen proyecto alguno.
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